Cambio o constancia...
Si nos renovamos día a día en la medida que olvidamos nuestros recuerdos, con lo que en la misma medida que cambiamos nos renovamos en nosotros mismos, siendo el resultado distinto a cada momento, aunque regido por el resultado anterior, y donde solo la armonía, que es eterna tensión, mantiene una continuidad sobre lo que nos gusta de nosotros y lo que no nos gusta, pero que por convencimiento creemos que somos.
Entonces, ¿podemos cambiar?